En esta etapa, el bullying comienza con apodos ofensivos y burlas dirigidas hacia la víctima debido a su apariencia, personalidad u otras características.

Ejemplo: Cara de payaso, nariz de globo, etc.


El bullying continúa y la víctima comienza a ser aislada, ya que sus amigos y compañeros dejan de interactuar con ella.  

Ejemplo: La excluyen de actividades y eventos.


Los acosadores utilizan las redes sociales como Instagram, Facebook, Twitter, WhatsApp, entre otras, para enviar mensajes crueles y ofensivos, amplificando el acoso más allá del entorno escolar.

Ejemplos: Amenazas por mensajes, comentarios humillantes, burlas en chats.


El acoso continuo tiene un efecto devastador en la salud mental de la víctima, llevándola a experimentar ansiedad, tristeza, depresión y sentimientos de desesperanza.

Ejemplo: Bajo autoestima, estrés constante, desgaste emocional.

La víctima se retrae socialmente, ya no quiere ir al colegio, pierde interés por sus estudios y deportes, evita participar en actividades escolares y sociales.

Ejemplo: Rechaza invitaciones, no participa en conversaciones o responde muy poco.


La víctima se siente desesperada y sin esperanza de que la situación mejore, lo que puede llevarla a pensar en formas de escapar del acoso.

Ejemplo: Autolesiones, cortes en sus brazos y otras partes del cuerpo.


En este punto, la víctima puede comenzar a considerar el suicidio como una forma de poner fin al tormento emocional que está experimentando.

Ejemplos: Evalúa actos extremos, piensa constantemente en el suicidio.